lunes, 15 de octubre de 2012

Agresiones urbanas

A veces me he planteado -en algún arrebato de reflexión intelectual- si necesariamente el progreso significa siempre ir a mejor. Quizá ese debate admita también un punto de vista arquitectónico, sobre todo al contemplar cómo ha cambiado el entorno del edificio el Pacífico, proyectado por Fernando de Osma y concluido en 1958. Conocía su existencia gracias a Chalo Palomino, pero al verlo en su realidad más real, casi todos los días (la combi me deja muy cerca, al final de la avenida Arequipa), no deja de resultarme llamativo.

















De todas formas, el contraste arquitectónico limeño alcanza una de sus más altas cotas en la vista desde el Campus Lima de la UDEP (que conocí, por cierto, gracias al Sr. Chang). Como dice Lizardo, en ese fondo urbano es donde el arquitecto se liberó, desplegando al fin sus instintos creativos más ocultos y primigenios...